Aviso: este es uno de esos textos que escribo porque me apetece escribirlo; porque es mi newsletter y tú aceptaste, al suscribirte, tener vía directa a mis pensamientos y acompañarme de la mano cuando me sumerjo en esas pequeñas madrigueras que no llevan realmente a ninguna parte pero que provocan, entre otras cosas, que termine escribiendo oraciones de sesenta palabras.
Tiene que ver con una palabra que me obsesiona últimamente: vividor.
Esta edición ha sido patrocinada por El AntiCulturista: fuerza para quien no busca estética.
Cuando viajas en avión, ¿escuchas las instrucciones de emergencia? La mayoría no.
Por si no lo sabes, si saltan las mascarillas de oxígeno, debes ponerte la tuya antes que ayudar a otros.
Tiene todo el sentido: ¿cómo pretendes ayudar a los demás, si antes no te ayudas a ti mismo? Si quieres que tu negocio prospere, debes antes cuidar de ti.
Y a nivel físico, ya sabes la importancia de entrenar la fuerza. Hay muchas maneras, pero desde luego, no como un culturista.
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Yo me considero un vividor, en el sentido de una de sus definiciones:
Que vive la vida disfrutando de ella al máximo.
Al menos aspiro a ello. Sin embargo, si te digo que alguien es un vividor provocará en ti una impresión negativa. Y es porque la definición que anteponemos es esta:
Que vive a expensas de los demás, buscando por malos medios lo que necesita o le conviene.
De hecho, para comprobar qué significado está más extendido solo hay que ir a Google Translate y leer la traducción al inglés que sugiere: playboy (mujeriego). ChatGPT, por su parte, me sugiere freeloader y sponger. Ambos términos definen a alguien que se aprovecha de los demás sin dar nada a cambio.
¡Qué triste! La que debería ser una bandera léxica, una palabra cautivadora, alentadora y aspiracional, la hemos degradado a sinónimo de parásito y mujeriego.
Y lo peor es que no he encontrado ninguna otra palabra en castellano para definir a alguien que vive la vida intensamente. Porque «hedonista», «epicúreo» o «disfrutón» están demasiado ligadas a una manera de vivir, al cómo. Y vivir la vida disfrutando de ella al máximo es una actitud hacia el disfrute consciente, no un manual, y admite infinitas posibilidades. Lo que para unos serán viajes y experiencias únicas, para otros serán paseos por la playa al amanecer y tardes en familia.
Por eso, sirva este texto para revindicar la definición más necesaria de «vividor/a»: la de vivir la vida disfrutando al máximo —junto a los demás, no expensas de ellos—.
Sirva este texto para empujarnos a serlo.
Totalmente! Yo también apuesto por la palabra vividor/a como una expresión para sacarle a la vida el máximo jugo! Por mi parte aporto otra palabra/frase que me encanta, me define y me transmite este mismo significado: GUSTOSA DE LA VIDA 🤗
Vivir y disfrutarlo no debería ser problema nunca.