Cómo (no) monetizar una newsletter
Por qué activar las suscripciones de pago en tu newsletter puede ser un error y un par de alternativas.
Hace unos meses comenzaste a escribir una newsletter en Substack. Redactarla te lleva varias horas pero a la gente le gusta lo que cuentas y poco a poco vas viendo cómo sube la cuenta de suscriptores hasta llegar a tus primeros 1.000.
Y entonces es cuando piensas: ¿y si la hago de pago?
Te imaginas a esos 1.000 suscriptores pagándote 9€/mes. ¡Ingresos recurrentes! El Santo Grial del emprendimiento online. Y qué fácil lo pone Substack, ¿eh? Ya no necesitas ni contratar a un desarrollador. Es apretar un botón, conectar con tu cuenta de Stripe y, ¡boom! ¡A facturar!
Es tentador, lo sé. Pero quizás no sea la mejor opción. Te cuento por qué y te doy un par de alternativas.
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La realidad
Primero hagamos cuentas: por muy alineada que esté tu audiencia contigo y por muy bonitos que sean los comentarios, la realidad es que la gente se ha cansado de pagar por suscripciones a contenido puro y duro.
Entre un 1% y un 5% de tu audiencia se convertirán a suscriptores de pago. Pongamos un 3%. Eso son 30 suscriptores que te pagarán 7€/mes —porque habrás tenido que hacer un descuento de lanzamiento para crear urgencia—. A eso le quitamos el 10% que se queda Substack y los impuestos.
Son 150€ al mes.
Puedes pensar que vale, que como no es tu trabajo principal pues es mejor eso que nada. Pero haber introducido un muro de pago a tu contenido tiene dos consecuencias desoladoras:
1. Crecimiento más lento
Al restringir el contenido que publicas estarás evitando también que se comparta, lo que atraería a nuevos suscriptores. Lo más probable es que el crecimiento de tu lista de correo se ralentice.
También se ralentizará la captación de nuevos suscriptores de pago, ya que los primeros son fruto del trabajo de todos los meses anteriores compartiendo de manera altruista para ganarte su confianza. Los nuevos tardarán en llegar.
Y, mientras tanto, empezarás a ver las primeras cancelaciones. Lo que nos lleva a la segunda consecuencia:
2. Posible burn out
Un muro de pago cambia tu relación con el acto creativo. Lo que antes disfrutabas es ahora una obligación con la gente que te paga. Ya no publicas cuando tienes algo que decir sino cuando decide el calendario. Ya no escribes para compartir sino para retener a esos suscriptores que, un día, sin ninguna razón aparente, cancelan la suscripción. ¿Es que ya no gusta lo que escribes? ¿Eres tú o son ellos?
Con las inevitables cancelaciones ya no sientes que escribes para crecer sino para mantenerte a flote, tratando de compensarlas con nuevas altas. Empiezas a tomar decisiones cortoplacistas. Lanzas mensajes más polarizadores para tratar de alcanzar la viralidad que premian las redes sociales, aunque sea a costa de sacrificar tu estilo y tu personalidad.
Ves a otros creadores compartiendo métricas de facturación y hablando de lo bien que les va. Te empiezas a agobiar. Empiezas a culpabilizarte, pensando que no eres suficientemente bueno/a. Que deberías escribir mejor. Hacer más marketing. Más networking.
Empiezas a pensar que no merecía la pena hacer todo esto por 150€ al mes.
Las alternativas
El peligro de Substack es que propone un solo modelo de negocio: el de suscripción. Es el que más le interesa, al fin y al cabo, para quedarse un pellizco de tu recurrencia. Pero emplear Substack como plataforma para escribir y enviar tus artículos no significa que tengas que usar su única herramienta de monetización.
Lo inteligente, en la mayoría de los casos, es aprovechar la comunidad con la que cuenta la plataforma y su funciones de descubrimiento para llegar a más gente. Compartir tus ideas y tu conocimiento en abierto, gratuitamente.
Luego, según tus objetivos y cuando llegue el momento, monetizar de una de estas otras maneras:
1. Venta externa
Ofrece tus servicios, haz consultoría, monta talleres, autopublica un libro, crea un minicurso, vende archivos de trabajo…
Para ello puedes emplear plataformas como Gumroad o, si te prefieres montártelo tú mismo para ahorrarte comisiones, puedes emplear un combo de Stripe (pasarela de pagos) + Airtable (base de datos) + Make/Zapier (unir ambas y automatizar el envío del producto digital).
Además de los clientes obvios, te darás cuenta que muchos de tus lectores se sienten en deuda contigo por todo lo obtenido gratuitamente y quieren premiar tu esfuerzo pero sin comprometerse con una suscripción de por vida. Crear un producto de pago único les dará una excusa y una manera de apoyar tu trabajo.
2. Patrocinios
Quizás sientas que no tienes nada que vender o no quieras hacerlo para mantener cierta libertad creativa. Perfecto. ¿Por qué no prestar entonces un pequeño espacio de tu publicación a que otras marcas —alineadas con tu público— se den a conocer?
Ahora es buen momento. El coste de la publicidad en redes ha subido, el alcance orgánico ha disminuido… Las marcas están experimentando con otros canales de adquisición y el patrocinio de contenido —newsletters, podcast, canales de YouTube— es una buena alternativa. Plataformas como Niusleters o OhMyNewst hacen más fácil conectarte con patrocinadores.
Como habrás visto más arriba, esta es una newsletter en la que reservo un espacio para patrocinios. Me permite separarla de mi proyecto principal (SinOficina) y que se autofinancie (~1.000€/mes). Y esa independencia hace que pueda escribir de cualquier cosa que crea que puede resultar interesante para mi audiencia, sin pensar en que puedo estar perdiendo suscriptores de pago por ello.
Algunas notas
También puedes combinar ambas (patrocinios + venta externa).
No estoy diciendo que crear una suscripción de pago a tu contenido de Substack sea siempre un error. A muchos les ha funcionado, pero son una minoría.
Tampoco creo que estés (estemos) haciendo algo poco ético al “aprovecharte” de Substack para enviar emails gratis sin pagar nada. Primero, porque con cada email estás publicitando la plataforma y atrayendo gente a ella. Segundo, porque está en sus manos crear otras vías de monetización en la plataforma (como la venta de productos digitales de pago único).
Y, por supuesto, puedes decidir no monetizar. Eso está bien también si escribes por afición. Pero no hay nada de malo en que sea parte de tu trabajo y cobres por el tiempo que has invertido compartiendo tus ideas en lugar de guardártelas para ti.
¿Qué opinas? ¿Tiene sentido esto? ¿Son sostenibles las suscripciones a contenido? ¿Tienes alguna experiencia monetizando tu newsletter que te molaría compartir? Seguro que aporta.
Nos leemos. Con cariño,
Bosco .-
Posdata
He publicado el videorresumen de mayo en SinOficina y presentado una nueva dinámica que me tiene enganchado. De #BuildInPublic a #BuildInCommunity.
He descubierto The Offline Club gracias a la news de
y me ha parecido brutal. ¿Alguien ha ido a alguno de los eventos organizados en Barcelona? A ver si llega pronto a Valencia.Una app que estoy probando ahora es Reader de Readwise. Cierra Pocket, la app que usaba para leer artículos, y en la comunidad me han recomendado esta.
¿Tal vez sea práctico usar una alternativa MIXTA?
1) Publicaciones para suscriptores de PAGO, más especializadas o técnicas y que conectan con una relación más cercana y con otros servicios
2) Publicaciones en ABIERTO, más generalistas y difundibles en redes.
Y es verdad que el hecho de que SB tenga la suscripción como única herramienta de monetización, obliga a «salir» de su ecosistema.
Para gente como yo, que entró a SB por ser una aplicación sencilla que tiene «todo integrado», empieza a ser insuficiente para intentar prestar otro tipo de servicios.
NOTA. Muy certero tu «análisis motivacional»: una actividad como escribir y compartir puede pasar de ser un evento motivado de forma positiva (querer), a otro motivado de forma negativa (tener que, no perder).
Pues gracias por estos consejos porque estaba pensando en monetizarla pero esto me hace pensar que hay otras alternativas a dar ese paso